Liliana originaria del departamento de la Paz, es madre de dos hijos; los que le han enseñado que una madre es capaz de cualquier cosa para verlos crecer y que sean personas de bien.

Su idea de negocio surge a raíz de la falta de empleo. Siempre buscó trabajo y hasta el día de hoy no lo encontró. Considera que no la contratan por ser madre. Y después de estar mucho tiempo desespera, sin saber que hacer, surge la idea de poner un negocio en su casa, esto le pareció bien porque de esta manera podría estar con sus hijos.

En noviembre del 2020 comenzó a vender nacatamales. Los primeros meses no resultaron como ella esperaba. Pues, para empezar, debía conseguir dinero y luego darse conocer con su producto.

Al inicio, empezó a ofrecer a los vecinos, quienes le ayudaron corriendo la voz. Así ha crecido su negocio, antes elaboraba nacatamales una vez por semana, ahora los hace dos veces por semana.

Las ventas las realizan desde su casa. Y si bien es cierto que todavía necesita estabilidad económica para comprar algunas cosas necesarias, como, una mesa, su carreta, donde coloca la paila de los tamales también es una herramienta que considera de mucha ayuda, pues, si desea movilizarse, esta es más cómoda de llevar.

Por otro lado, ha compartido su número telefónico para que la contacten vía WhatsApp y así aumentar la clientela. Asegura que se encuentra motivada porque su producto ha tenido aceptación.

Ella asegura que en el camino se ha    encontrado con muchos inconvenientes, pero entiende que son parte del proceso de emprendimiento, y al final solo se debe tener la certeza y la confianza en uno mismo para salir adelante, que no todos los días son de ganancias, siempre se debe estar al pie del negocio y seguir existiendo. 

Para el futuro piensa en tener su propio local, y que su producto tenga una marca, y así distribuir sus ricos nacatamales en todo el país. Porque soñar no cuesta nada.