Alejandra Rosales es una Joven originaria del departamento de Olancho, municipio de San Francisco de la Paz. El negocio de sus sueños siempre fue tener una cafetería, y para lograrlo viajó a Estados Unidos: trabajó y ahorró dinero para hacer realidad su sueño.

La joven emprendedora, asegura que el proceso fue muy complicado, sin embargo, logró instalar el café físicamente en el año 2020, justamente cuando da inicio la pandemia COVID-19 en Honduras. Por tal razón, se encontró obligada a cerrar su establecimiento por las medidas de distanciamiento que aplicó el gobierno en dicho momento. Por ello, económicamente ella se vio muy afectada, dado que, como había adquirido deudas que ya no podía pagar.

Llena de frustraciones, ella tomó la decisión de regresar a Estados Unidos a trabajar y de esta manera ahorrar dinero para liquidar deudas que tenía en Honduras.

Por otra parte, las amistades la motivaban a cerrar definitivamente el negocio, pero ella no quería renunciar a ese sueño que le había costado tanto esfuerzo y trabajo. Era el negocio por el cual había luchado y sacrificado muchas cosas. Es entonces cuando Alejandra Rosales se reinventa y en el mismo local instala una tienda de ropa, dejando atrás la cafetería.

Le dio paso a un proceso lento; tenía que arriesgar nuevamente sus ahorros para dar inicio a este nuevo emprendimiento. Pero ella es una mujer valiente y sobre todo confía en ella misma y en su idea. Fue en dos meses, aproximadamente, que ella logró acondicionar la tienda.

Hoy en día, dado el contexto, las ventas son variantes, sin embargo, ella sabe que esto es un sacrificio para cumplir sus metas. Una de ellas, es convertir su tienda en un lugar muy visitado y reconocido. Asimismo, expandirse para poder estar en otros departamentos del país y convertirse en una mujer empresaria. Afirma que es una cuesta arriba, pero que confiando en Dios todo se puede lograr.